24 de diciembre de 2011

Historia del Belén

Las representaciones del nacimiento de Jesús de Nazaret son una costumbre muy extendida en los hogares españoles, aunque se haya ido viendo un poco desplazada, en los últimos años, por motivos decorativos importados de otros países. La costumbre de escenificar el nacimiento del Hijo de Dios durante los días de Navidad está, también, muy extendida en Latinoamérica, donde fue introducida por los colonizadores españoles.

Aunque el arte religioso ha escenificado el nacimiento de Jesús desde hace muchos siglos, principalmente en pinturas, esculturas y tallas de madera, para transmitir a los fieles cristianos cómo se produjo el nacimiento de Jesucristo, no se sabe con certeza de donde proviene la costumbre de los Belenes. Aún así, vamos a tratar de ver un poco la historia del Belén más probable.


Ya en el siglo II se adoptaron temas del Nacimiento de Cristo, pudiendo apreciar algunas muestras de estas representaciones en la Catacumba de Priscila, en la que aparece por primera vez la Virgen con el Niño en brazos y a su lado el profeta Isaías apuntando con el dedo hacia una estrella.

La imaginería religiosa navideña prosiguió a lo largo de los siglos hasta que San Francisco de Asís, tras su peregrinación a Tierra Santa, celebra la Eucaristía en la Nochebuena de 1223 en una cueva del pueblo italiano de Greccio, próximo al convento del Santo. Allí, prepara una representación viviente de un pesebre con una mula y un buey, considerándose desde entonces esta representación como el origen del "belenismo". 

En España, el Belén es introducido por la orden franciscana en el siglo XV. Del siglo XVI todavía se conserva el Belén de Coral en el Monasterio de las Descalzas Reales de Madrid, todas las figuras están talladas en coral, plata y bronce, desconociéndose su autor o autores.
Carlos III, que había hecho del Belén una institución nacional en Italia mientras ocupó el trono de Nápoles, introdujo el arte del "belenismo" en España. Como ocurrío en Italia, esta tradición arraigó en las costumbres populares.


Hoy en día, las representaciones más sencillas se pueden basar en las figuras del Misterio de Navidad (formado por las tres figuras principales de cualquier Belén, es decir, el niño Jesús, pudiendo aparecer en el pesebre o en los brazos de su madre, la Virgen María y San José, acompañados éstos, o no, por el buey y la mula), sin ninguna decoración adicional o complicarse hasta donde llegue la imaginación del autor, montando un escenario completo con el Portal de Belén, la estrella de Navidad, los Reyes Magos, diversos edificios, soldados romanos, pastores, lavanderas, personajes de diferentes oficios, todo tipo de animales, ríos, fuentes, hogueras, puentes, vegetación, árboles, montañas, etc. En algunos casos se llega a automatizar el movimiento de algunas figuras de la representación, de las fuentes o riachuelos e, incluso, la iluminación. 

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